Provincia de Anhui, China
Amanece en Wudang. El mar de nubes que abraza las montañas se desvanece al despuntar el primer rayo Yang. La energía en el entorno palpita y se inflama…
Las cumbres de las montañas se perfilan sinuosas, un verde muy oscuro de pinos y cipreses alfombra las laderas, los valles se hunden en la profundidad de la tierra… El paisaje es de una belleza indescriptible. Y el todo está salpicado de algunos palacios y templos taoístas que albergan deidades. Los pelegrinos rinden su culto en busca de cosechas favorables, salud y prosperidad en un ambiente impregnado de intenso misticismo y denso olor a incienso humeante…
Es el momento de practicar nuestra danza ancestral y fundirse con la energía de la naturaleza. Entramos en resonancia con la energía del entorno y fluimos en el devenir de todo el universo.
Aquí y ahora. Es el tao?
Coronamos la cima de la cumbre suprema de Wudang, llamada Tian Zhu, pilar del cielo. Después de subir y tomar conciencia de cada uno de los escalones de la infinita escalera de 4,5 Km. El esfuerzo ha valido la pena.
Posamos contentos para inmortalizar la instantánea: El Maestro Lei Bin, Núria, Manuel, Javier, Iván y la encantadora interprete Xiao.
En las puertas del Palacio de la Nube Púrpura al pie de las montañas de Wudang, Núria sigue cautivada sintiendo las montañas. Y Núria es montaña.
Zi Xiao Gong, el Palacio de la Nube Purpura fue lugar de retiro de algunos emperadores chinos. Qué decisión tan acertada.
Y al final del día, sorbemos un poco de sabiduría en una larga tertulia con el Monje Taoísta.
Y simplemente: un yin y un yang, eso es el Tao…