El qigong engloba rutinas de técnicas de automasaje. No hay que confundir el automasaje con el masaje. El practicante de qigong siempre es protagonista activo en preservar su propia salud. No es pasivo en la terapia, ni delega a un tercero la responsabilidad del tratamiento. Actúa y se automasajea él mismo. Las rutinas son muy fáciles de aprender y aplicar correctamente. Las técnicas de manipulación: presionar, golpear, percutir son simples e intuitivas y favorecen la fluencia de qi.