Las artes taoístas de alcoba o  relaciones sexuales entre hombre y mujer se han basado en el principio universal del yin yang que implica armonía, equilibrio y unión de los contrarios. De hecho, para los chinos la sexualidad es tan natural e indispensable para la salud como la alimentación, el ejercicio físico o el descanso. Por lo tanto, los taoístas dedicaron mucho tiempo al estudio de los beneficios que su práctica aporta a la salud y a la longevidad y documentaron con mucha claridad sus observaciones.

medicina tradicional china

Según la medicina tradicional china hay una energía fundamental llamada Jing que es la esencia vital de nuestro organismo. Es el capital vital que el ser humano atesora desde su nacimiento. E inevitablemente se consume durante el proceso natural de la vida. Cuando la dotación de esencia vital se agota la persona muere. En el cuerpo humano esta esencia vital se identifica con los fluidos: linfa, lubricantes de articulaciones y otros tejidos conjuntivos, lagrimas, sudor y orina. También engloba todas las hormonas que segrega el sistema endocrino para regular el crecimiento, el metabolismo, la inmunidad, el envejecimiento y la sexualidad. Por lo tanto, la esencia vital incluye el esperma y las hormonas masculinas del hombre. Y los óvulos y las hormonas femeninas de la mujer.

En las artes taoístas de alcoba el hombre no libera esperma fuera de su cuerpo. Porque supone una pérdida importante de esencia vital que lo vuelve vulnerable a enfermedades y acelera su proceso de envejecimiento. Por lo tanto, llega al orgasmo sin eyaculación con el fin de preservar su salud y vitalidad. Caso contrario sucede a la mujer, que se nutre de la esencia vital de sus propias secreciones sexuales internas en cada orgasmo que alcanza.

La extensa literatura taoísta sobre este tema propone técnicas para que la mujer alcance el orgasmo completo.  Y también técnicas para que el hombre llegue al orgasmo sin eyaculación. Todo ello permite prolongar el acto sexual el tiempo suficiente para que la mujer disfrute de un orgasmo total. Por último, él conserva su propia esencia al mismo tiempo que libera y absorbe la de ella. Todo ello se resume en salud y placer por igual para ambos miembros de la pareja.

hombres

Las artes taoístas de alcoba están destinados a los hombres por ser éstos quienes más los necesitan. De hechi, indican como utilizar los músculos de la zona pélvica para mejorar la erección y prescriben la aplicación de presión mediante los dedos índice y medio en el punto Huiyin localizado entre el escroto y el ano al mismo tiempo que se inspira para provocar la reversión de la eyaculación hacia la vejiga. Este método es más conocido como inyaculación.

Los taoístas creían que este método impulsaba el semen o su esencia vital hacia el cerebro para fortalecerlo y alimentarlo lo que aporta salud y vitalidad. Los métodos sobre la no eyaculación han sido practicados durante siglos en oriente no solamente para el beneficio de la salud, sino porque además un solo hombre tenía que mantener satisfechas a varias esposas con lo cual conseguía mantener varias relaciones sexuales con ellas y eyacular solo en el último acto sexual.

mujer

Las mujeres no gastan su esencia vital durante el acto sexual pero sí que sufren una pérdida considerable en cada menstruación. Los taoístas aconsejan a las féminas fortalecer y tonificar el músculo pubococcígeo que controla los labios mayores y menores, la vagina y otras partes del órgano sexual femenino para evitar pérdidas de qi, estimular secreciones de las glándulas del sacro y lo más importante dirigir la energía del orgasmo hacia arriba expandiéndola a todas las partes del cuerpo para conseguir un orgasmo corporal total que redunda en pos y beneficio de todos los órganos internos.

literatura sobre sexualidad

Esta comprensión sobre la sexualidad humana fue recopilada en los denominados libros de alcoba, manuales prácticos y adecuadamente ilustrados que revelaban con un redactado comprensible a la vez que poético todos los detalles necesarios para mantener relaciones sexuales saludables a la vez que satisfactorias. Hay referencias que datan del siglo III a.C que mencionan que gran parte de viviendas chinas disponían de más de un ejemplar de estos libros para ser consultado antes y durante el acto sexual por este motivo habitualmente se dejaban apoyados encima de la almohada para poderlos ojear sin dificultad. Un capítulo importante ocupan las diversas posturas que se pueden adoptar durante el acto sexual: 4 posiciones fundamentales con más de 30 variantes, todas ellas pensadas para estimular distintas partes del cuerpo, ejercitar músculos y articulaciones, en definitiva para incrementar el placer y conservar la salud.

A diferencia del lenguaje occidental que puede resultar anatómicamente frío o coloquialmente vulgar, los términos chinos de los libros de alcoba evocaban mediante eufemismos y metáforas creativas toda clase de imágenes bucólicas y poéticas, con lo cual estos textos nunca ofendieron el pudor de los lectores más conservadores.