La globalización del qigong transita por caminos diferentes durante los siglos XIX y XX. Los occidentales no tienen conocimiento del qigong hasta el siglo XVIII. Es solo gracias al misionero jesuita J.M. Cibot que publica en francés unos textos taoístas acompañados de ilustraciones: Notice du Cong-Fou (Gong-Fu) des Bonzes Tao-see. De hecho, Gong-fu fue otro nombre para el qigong. Cibot explica: es evidente que las varias posturas del gong-fu, si están bien realizadas, tienen un efecto terapéutico. Especialmente en las enfermedades que se generan por una circulación deficiente, retardada o interrumpida.
Europa: base de la gimnasia Sueca
Durante el siglo XIX las explicaciones de Cibot de los ejercicios taoístas y de las técnicas respiratorias son probablemente la mayor influencia sobre Per Henrik Ling, el sueco fundador de la gimnasia moderna. Ling que era maestro de esgrima e instructor de gimnasia viaja a China y es a su regreso cuando desarrolla las bases de la gimnasia que alcanzan en breve tiempo una difusión internacional. Ling distingue cuatro métodos de gimnasia: la defensiva, la pedagógica, la médica y la estética. El gobierno sueco abre el Royal Central Gymnastic Institute, que Ling dirige y en donde acuden a formarse estudiantes de toda Europa.
El objetivo principal de Ling es que la gimnasia mejore la salud y cure las enfermedades. La gimnasia médica y la cura sueca por movimiento de Ling están basadas en el concepto oriental de qi, con muchos paralelismos con el qigong. Las técnicas terapéuticas de Ling, su gimnasia y su pionera utilización de ejercicios, componen el sistema actual de educación física que se imparte en escuelas, universidades y gimnasios de todo el mundo. En en siglo XIX, N. Dally, alumno de la escuela de Ling, escribe: la entera doctrina de Ling, teoría y práctica, es una plagio del gong-fu taoísta. Dally describe las técnicas de gimnasia moderna como un jarrón chino recubierto de esmalte europeo argumento que sustenta con suficientes pruebas.
China: un camino atormentado
En China, durante la primera mitad del siglo XX, la medicina tradicional china y consecuentemente sus terapias son prohibidas. Tras la instauración de la República Popular China, Mao Zhe Dong revaloriza el qigong que es profundamente investigado. Se sistematizan y se publican varios métodos de qigong con el objetivo que la mayor parte de la población pueda practicarlos. Sin embargo, durante la siniestra Revolución Cultural acaecida en China durante los años 1966 al 1976, el qigong es nuevamente prohibido por el gobierno marxista por estar relacionado con el taoísmo y el budismo. Años más tarde el gobierno se da cuenta del error cometido y procede a recuperar uno de los legados más importantes que ha ofrecido la cultura China a la humanidad. Revaloriza el qigong y lo divulga por todo el país con la misión de prevenir y curar enfermedades.
Paralelamente los maestros de qigong que habían huido de la Revolución Cultural introducen el qigong en Australia y en Estados Unidos durante la década de los setenta. Años más tarde llega a Europa. Es en los años 90 cuando se genera una auténtica globalización del qigong.
holismo versus alopatía
En la actualidad, la globalización del qigong en el sistema occidental se debe principalmente al auge que están experimentando las medicinas alternativas que comprenden a la persona en su unidad cuerpo-mente. Hay una clara tendencia de la medicina holística versus la alopática.
Cada vez es más evidente que la medicina tradicional china y sus terapias son más eficaces en las patologías en la que resulta necesario considerar al individuo en su conjunto como son las psicosomáticas o somatopsiquicas. Sin embargo, no se puede negar que el método analítico de la medicina occidental tiene mejores resultados en aquellos campos donde es necesario individuar y caracterizar microorganismos como la virología y la bacteriología.
Ambas medicinas son en realidad complementarias, son las dos caras de una misma moneda, cuyo gran valor es el resultado de la suma de lo mejor de cada una de ellas.