qigong y ecuanimidad
La práctica de qigong cultiva la ecuanimidad. El equilibrio emocional es sinónimo de considerar las percepciones de modo ecuánime. Regular el cuerpo, regular la respiración y regular las emociones que experimenta nuestra mente nos introduce a una vivencia más fácil de momentos de ecuanimidad.
La ecuanimidad se vive con las emociones y con el cuerpo. Los ejercicios de qigong fomentan el equilibrio y la armonía en lo postural y lo anatómico-funcional, y ese equilibrio se extiende a lo emocional y lo energético.
El qigong, con su cualidad de actividad somatopsíquica integral y terapéutica, nos propone un ejercicio agradable, inmediatamente satisfactorio y enriquecedor.
ecuanimidad = equilibrio emocional
El equilibrio resultante hace que nos demos cuenta de que nuestra propia realidad corporal puede ser experimentada de otro modo. Nuestra persona física ya no es una carga que sobrellevar sino un medio a través del cual podemos expresarnos y vivir más plenamente.
Nos damos cuenta de pequeños cambios que se producen en la capacidad postural, funcional y respiratoria de nuestro cuerpo, y ellos se reflejan a su vez en nuestro estado emocional.
La dinámica de la percepción, atención dinámica y concentración sostenida nos proporciona mayor calidad de vida puesto que con ella resolvemos tensiones, conflictos e insuficiencias. Valoramos con mayor realismo nuestra situación y por tanto estamos en mejores condiciones para cambiar a mejor.
Redacción Gabriel Jaraba, periodista
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