El amor es energía y es el arquitecto de todo el universo. ¿es el qi? Probablemente.

Algunos participantes del curso trimestral de otoño posan para inmortalizar el recuerdo de este preciso espacio y tiempo de SER, aquí y ahora. Vivenciar y experimentar el qigong, un camino de autoconocimiento.

Abrazar un árbol es abrazar la vida. Tomar conciencia del cuerpo, nuestro templo, y de la respiración que nos conecta con el presente. Espirar: soltar lo viejo. Inspirar: permitir que la energía pura impregne cada célula. Confiamos en la vida que nos aporta aliento y vitalidad.

La energía está sometida al movimiento. Nos dejamos mecer por el viento y fluir con el mismo vaivén de las hojas en otoño.

Núria y Laura, profesoras del curso trimestral de otoño. Cada instante es un nuevo renacer…