Nueva serie de simpáticos ejercicios faciales que siguen el ritmo yin y yang del universo. Confieren un efecto tónico de los músculos del rostro y facilitan una fluencia continua de energía y sangre que nutre y revitaliza el cutis.

Gracias a los movimientos firmes y suaves, los músculos de la cara se tonifican y adquieren más volumen, tensando la piel que los cubre, por lo tanto, disminuyen la flacidez y atenúan las arrugas. Además, la circulación sanguínea y energética se reaviva aportando luz y vitalidad. El resultado es un rostro joven y radiante.

Las participantes femeninas acogieron con sorpresa y a la vez con alegría a un participante masculino. A partir de ahora, el taller está dirigido a todas las personas sin distinción de géneros, porque la belleza es salud.

Las profesoras Núria y Montserrat disfrutaron compartiendo su entusiasmo.
Momentos qigong, momentos de alegría.